Franz Jägerstätter, campesino austriaco, casado, padre de tres niñas y ferviente católico, fue ejecutado en 1943 por negarse a servir en el ejército nazi. Atendiendo a los dictados de su conciencia de los que no quiso sustraerse aun contraviniendo las recomendaciones de las autoridades eclesiásticas, se negó a participar en una guerra que consideraba a todas luces injusta. Su valentía y su coherente actuación como cristiano llevaron al papa Benedicto XVI a beatificarlo en octubre de 2007.
Se publican aquí por primera vez en castellano todos los escritos de Jägerstätter tanto durante el periodo de instrucción militar en la Wehrmacht como desde su posterior arresto hasta el día de su ejecución. La primera parte del libro recoge la conmovedora correspondencia mantenida con su esposa Franziska a través de la cual Franz había sido conducido a un intenso camino espiritual, mientras que la segunda está formada por diversas reflexiones sobre la vida cristiana escritas en prisión. Se incluye además un texto inédito encontrado recientemente en Sankt Radegund, escrito probablemente unos días antes de su arresto.
«Me gustaría invitaros a conocer la extraordinaria figura de un joven objetor, un joven europeo de 'ojos grandes', que luchó contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial» (Mensaje del papa Francisco a los participantes en la conferencia europea de jóvenes)
La Reconquista se ha convertido en los últimos años en un gran campo de batalla ideológico marcado por visiones interesadas y maniqueas.Esta obra desde Spania a la guerra de Granada, pasando por Covadonga, Uclés, Las Navas de Tolosa o Sevilla, no solo narra y analiza con equilibrio y agudeza los sucesos históricos y sus consecuencias en la construcción de la España medieval, sino que además se sumerge en el significado de la Reconquista como mito fundacional y su evolución y utilización hasta la actualidad.
Un libro reflexivo y muy necesario para comprender en todas sus dimensiones la magnitud de este acontecimiento histórico, político y social a lo largo de los tiempos.
Alguien da la luz dentro de mí, cuando miro a mi madre. Cómo llena el vaso en la cocina. El agua
parece más clara de lo normal cuando es ella quien me la ofrece. Mientras charlamos coloca los platos,
atiende el teléfono, aparta de la vitrocerámica la cafetera. Estuve en esos brazos hace más de tres décadas,
pero no lo recuerdo. Es el único momento más importante de mi vida que no recordaré nunca.
Al menos no como una fotografía, igual que se recuerda un beso. Esta mañana disimulo mis ganas de
arrojarme a ellos. Intento ser un hombre; aunque el miedo no haya disminuido, ni la necesidad de ser
cuidado. Mamá, quisiera decirle, hace tantos años que vivo cayéndome de tus brazos.