CENCINI, AMEDEO
Conocerse a sí mismo es una necesidad y un deber a los que nadie puede sustraerse. Toda persona necesita saber quién es, no puede vivir sino descubre qué sentido tiene su existencia: está en juego sufelicidad si no reconoce su propia dignidad. Por esto estamoscontinuamente a la búsqueda de nuestro yo, una búsqueda a vecesinconsciente, a menudo fatigosa y aparentemente contradictoria; entodo caso, nunca acabada. La persona se busca primero a sí misma y sitiene el valor de descubrir su propia identidad, experimentainmediatamente la necesidad de llevar aún más lejos su búsqueda, hacia ese Ser que es la fuente de su misma identidad. Ha sido él quien hapuesto en el corazón humano ese anhelo y esa constancia. Si el hombrebusca a su Dios en serio, no hay duda de que lo hallará, pues Diosmismo le saldrá al encuentro.