CAAMAÑO LÓPEZ, JOSÉ MANUEL
El motivo
1. A modo de pórtico: entre el espanto y la ternura
2. Miedo a la muerte, miedo a la enfermedad
3. Y sin embargo... La muerte como hecho
4. La contemporaneidad del Iván Illich, de León Tolstoi
5. Un camino hacia el Calvario
6. La desesperación ante la muerte biográfica
7. Al borde de un abismo
8. La revelación de la enfermedad
9. El combate espiritual contra fuerzas misteriosas
10. La vejez: entre el mito y la realidad
11. Algo incomprensible: Stefan Zweig como símbolo
12. Lo conocía de oídas, ahora me ha tocado
13. La trivialidad de una situación especial
14. El símbolo de la barbarie
15. Matar a un ser humano
16. Un final en soledad y miseria
17. La buena muerte
18. El ars moriendi
19. La ley del machete
20. La conversión de la muerte en un tabú infantil
21. De visita en el tanatorio
22. El silencio, la duda y la mentira
23. Aprender a despedirse
24. La saudade del más allá
25. El humor y el dolor
26. La fragilidad del amor
27. La perspectiva religiosa en el sufrimiento y la muerte
28. El cierre
Se ha escrito mucho sobre la muerte a lo largo de toda la historia. Ha sido motivo de ensayos y teorías, de leyendas, novelas y poesías. Durante las últimas décadas ha surgido incluso un nuevo fenómeno denominado tanatología y que ha llegado ya a convertirse prácticamente en una disciplina con entidad propia. Los esfuerzos por reflexionar, estudiar y comprender todos aquellos problemas que suscita el proceso de morir en toda su complejidad se han multiplicado de forma considerable. Ciertamente, el último viaje de nuestra vida plantea problemas y preguntas que muchas veces no tendrán respuesta, pero ante las cuales es preciso y urgente que nos situemos de alguna forma, que las tomemos en toda su radicalidad y realismo, sin los adornos de unas palabras bien construidas, pero vacías de significado y sentido. El presente ensayo tiene un carácter narrativo, pues narrativa es también la configuración de la propia identidad humana en la que se producen tantas alegrías y también tristezas. Es un intento de sondear la intimidad sin tapujos y con claridad. No se pretende elaborar una teoría sobre el dolor y la muerte, tampoco hacer adornos especulativos y academicistas ni embellecer con palabras vacías situaciones que no pueden dejar de conmovernos y hacernos sentir tristes. La única pretensión ha sido la de afrontar la verdad sin perder la esperanza, sabiendo que hay algo que nunca podemos olvidar: memento mori! esa es quizá la verdad más segura de todas aquellas que podamos creer y que siempre debemos tener presente en nuestra mente y en nuestra vida.