JULIAN DE TOLEDO
El texto del Apologético que presentamos se conserva, de hecho, en las actas del XV concilio de Toledo, celebrado en el año 688. Se trata de parte del escrito que Julián, en nombre del episcopado hispano, envió a la sede apostólica para defenderse de unas acusaciones de las quepoco sabemos, relacionadas con la recepción en Hispania de las actaslatinas del III concilio de Constantinopla. La respuesta a lasperplejidades romanas se sitúa en la línea de la literatura teológicaibérica del s. VIII caracterizada por la labor de síntesis ytransmisión del magisterio y de la doctrina ortodoxa de los siglosanteriores.En esta breve obra Julián muestra no solamente su dominio de lastécnicas retóricas sino también la calidad de su pensamientoteológico, en este caso prevalentemente cristológico, heredero de unaserie de escuelas constituidas por autores como Leandro e Isidoro deSevilla, Braulio de Zaragoza y Eugenio e Ildefonso de Toledo, entreotros, que contribuyeron a configurar lo que se ha venido a denominarsiglo de oro de la Iglesia visigoda.