DAELEMANS, BERT
Prólogo de Pedro Rodríguez PanizoAntes del camino Un camino de encuentros Un camino de discernimiento Preparación al ejercicio Distintos modos de orar los ejercicios en bronce Punto de partidaPrimer paso: El Mundo - Tres actitudes Ejercicio de elección. Ecce Homo: ¿Jesús o Pilato? Ejercicio de disponibilidad. Jesús acepta su cruz Ejercicio de humildad. Jesús cae bajo la cruz Primer descanso. Tres actitudes, un mundoSegundo paso: La misión - Cinco encuentros Ejercicio de cariño. Jesús se encuentra con su Madre Ejercicio de solidaridad. Jesús se encuentra con Simón de Cirene Ejercicio de gratuidad. Jesús se encuentra con Verónica Ejercicio de fidelidad. Jesús se encuentra con su Padre Ejercicio de consuelo. Jesús nos encuentra Segundo descanso. Cinco encuentros, una misiónTercer paso: La pasión - Cinco misterios Ejercicio de entrega. Jesús cae por tercera vez Ejercicio de transparencia. Jesús es despojado de sus vestiduras Ejercicio de obediencia. Jesús es clavado en la cruz Ejercicio de confianza. Jesús entrega el Espíritu Ejercicio de despedida. Pietà. Jesús en brazos de su Madre Tercer descanso. Cinco misterios, una pasiónCuarto paso: La vida - Dos virtudes Ejercicio de paciencia. Jesús es sepultado Ejercicio de alegría. Jesús resucita Cuarto descanso. Dos virtudes, una vidaCitasSugerencias de lecturaSugerencias de música
El lector tiene entre sus manos un libro singular. Su autor, jesuita belga Bert Daelemans, propone un original via crucis inspirado en las hermosas esculturas en bronce del artista alemán Werner Klenk. Del fondo misterioso del metal emergen las figuras de la pasión de Cristo en trazos esenciales, evocadores, sugerentes. Unas imágenes que invitan a la meditación y a la oración profunda. Contemplando cada una de ellas, el padre Daelemans invita a recorrer con él un camino mistagógico impregnado de mística ignaciana.Se nota a cada paso que lo ha escrito con amor, desde la experiencia personal de los misterios de la Pasión del Señor. No lo propone como un libro de simple lectura, que también lo es, sino como el mapa de un maravilloso y bello territorio que hay que atravesar en primera persona, con holgura y lentitud. Muestra este hermoso camino de la cruz como una serie de encuentros las estaciones unidos por una sutil lógica interna que no se puede desgajar del todo al que pertenecen.Además, enseña cómo hacer los ejercicios en la vida cotidiana y hasta cómo prolongarlos durante un mes, retomando la experiencia originaria de san Ignacio. En la introducción se dan toda clase de pistas y posibilidades para que el ejercitante explore la enorme variedad de maneras de practicar" el cristianismo; a lo que se anima con entusiasmo y serenidad.