ROBLES RODRÍGUEZ, FRANCISCO
La secuela de 'Tontos de capirote'... Dos décadas después continúa el clásico que renovó el humorismo cofrade, con nueve ediciones y miles de libros vendidos, y ahora también recuperado simultáneamente por El Paseo editorial en nueva edición.
En el principio fue el tonto de capirote. Este espécimen salió de la penumbra hace casi un cuarto de siglo, cuando nadie hasta entonces había hecho pasar por el laberinto de los espejos a los capillitas. En ese Tontos de capirote (1997), que al parecer acaba de tener una salida extraordinaria vulgo reedición, se hacía un análisis irónico de los tipos que pululan alrededor de la Semana Santa. Aquellos entrañables tontos son una reliquia en la ciudad y ahora han tomado el mando sus sucesores: los frikis de capirote. La diferencia entre los unos y los otros está clara. El tonto vive su tontura hacia dentro. Apenas la muestra, y cuando lo hace, se sitúa detrás de la pantalla de la timidez y la ternura. En cambio, el friki de capirote es el resultado de nuestra época. Sobre todo, si tenemos en cuenta que ahora somos dueños y señores, a la vez que esclavos, de esa pantalla y su maraña de redes, pitidos y luces. Cámaras, selfies, redes sociales, grupos han mutado al tonto en friki. Definitivamente ¿o no?