GIL DE MURO, EDUARDO T.
La historia de este hombre libre cuenta exactamente eso: el largo ejercicio que de la libertad hizo José Ken-tenich durante todos los días de su larga vida en los más dispares escenarios de la vida y de la muerte: el des-tierro o un campo de concentración. Una libertad difícil que, por serlo, estuvo perseguida casi sin descanso. Pe-ro Kentenich fue el hombre que jamás mintió. El hombre que puso su verdad y libertad al servicio de los más grandes propósitos. Amó a la Iglesia y lo dijo. Amó a la Virgen y le consagró un movimiento universal: el Movi-miento de Schönstatt.